Hola, cómo están, lectores, espero que las cosas estén marchando sobre ruedas. Para esta semana, les tengo algo de música clásica, algunas famosas oberturas de diferentes compositores y diferentes períodos. Según el diccionario musical del libro Breve Historia de la música, “Una obertura es una composición instrumental que antecede a una ópera u oratorio. También reciben este nombre las composiciones para sala de conciertos con un título en relación con una clave literaria, pictórica o emocional”. Voy a recomendarles y hablar un poco de algunas de estas obras que me han parecido interesante; puede ser que ustedes ya hayan escuchado algunas de estas; creo que a ustedes también les gustará y ¿por qué no?, si no la han escuchado, entonces poder escucharlas varias veces para apreciarlas como debe ser:
1)
OBERTURA
1812:
Esta pieza le pertenece al
compositor ruso P. I. Tchaikovsky
(1840-1893). Es quizá una de las oberturas más famosas que se hayan
escrito. La pieza es, en especial, apoteósica al final, alegre, emotiva, porque
fue escrita para conmemorar la victoria de las tropas rusas ante el ejército de
Napoleón Bonaparte. Sí, 1812 cuando Napoleón Bonaparte buscaba conquistar Rusia
en una de sus campañas militares. Por eso muchas veces esta obra musical se ha
usado para eventos festivos, para grandes celebraciones. A Tchaikovsky le
encargaron componer una pieza de ese estilo para ser estrenada al aire libre y
eso fue lo que él escribió, tratando de darle a la composición una fuerza y un
espíritu patriota, lleno de nacionalismo, porque el ejército ruso le había
ganado a los franceses en 1812. Vale decir que, a lo largo de los quince
minutos que dura, aproximadamente, hay extractos de la Marsellesa, el himno
francés, que representa a las tropas francesas. Y al final, el compositor
incluyó varias salvas de artillería y los repiques de campanas en el “apoteósico
final”, pero vale decir que no todas las versiones, no todas las
interpretaciones hacen uso de los cañones y las salvas de artillería. La
obertura de 1812 es, quizá, una de las piezas más famosas de Tchaikovsky junto
con el Concierto para piano y orquesta
Nº 1, en si bemol; El capricho
italiano, su Ballet El Cascanueces,
la obertura-fantasía Romeo y Julieta,
su Serenata para cuerdas en do mayor Opus 48, entre otras. Tchaikovsky vivió durante el período romántico de la música, que
era cuando las pasiones, las emociones empezaban a ser protagonistas de las
obras y cuando se dieron importantes movimientos musicales nacionalistas en
distintos países, entre ellos Rusia.
2- OBERTURA FESTIVAL ACADÉMICO Y OBERTURA TRÁGICA:
Estas son piezas del compositor
alemán Johannes Brahms (1833-1897).
Una Universidad quiso reconocerle dándole un doctorado HONORIS CAUSA, entonces
Brahms, en agradecimiento, le compuso una obertura conocida como obertura del
festival académico. Pero al mismo tiempo que estaba escribiendo esta obra le
vino la idea de crear otra, pero que contrastara con aquella. La obertura
festival académico es una pieza alegre, festiva, optimista, jovial, contiene algunas
melodías de canciones estudiantiles; en cambio, la trágica ya el lector se
imaginará cómo será. Ambas las compuso en 1880. Con respecto a estas oberturas,
en una carta a un amigo, Brahms le decía que “He escrito una que ríe, otra que
llora”. La obertura festival académico dura 10 minutos, aproximadamente. La obertura
trágica dura unos 13 minutos, aproximadamente. Vale decir que otras
composiciones famosas de Brahms son la Sinfonía
número 4, el Réquiem alemán, entre otras. Brahms vivió durante el período romántico de la música, pero
siempre quiso mantener viva la tradición clásica (de Haydn, Mozart, Beethoven), por eso a él lo llaman el
músico romántico más conservador, más clásico. Además, Brahms forma parte de lo
que llaman las tres “B” de la música clásica: es decir, Bach; Beethoven y
Brahms.
3-) OBERTURA FESTIVA:
Esta pieza le pertenece al
compositor ruso Dmitri Shostakóvich (1906-1975), quien fue uno de los
compositores más famosos e importantes del período soviético. En 1947, con
motivo de la celebración de un nuevo aniversario de la Revolución de octubre,
la revolución bolchevique, que llevó a Rusia hacia el comunismo derrocando al régimen de los zares, Shostakóvich
compuso esta obra para conmemorar ese acontecimiento histórico. Shostakóvich
tuvo una relación difícil con los gobernantes de Rusia en aquellos años, porque
lo censuraban en algunas de sus obras, y en otras lo premiaban, fue una
relación de “amor y odio”, por decirlo así. Siempre estuvo, por así decirlo, “en
el ojo del huracán”. La obertura festiva dura aproximadamente 6 minutos y es
una obra rápida, alegre, festiva, como el mismo nombre lo indica. Shostakóvich
junto a Prokófiev fueron los dos compositores más importantes de la antigua URSS
(Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas). Entre otras obras de Shostakóvich
que vale la pena mencionar están: El
vals número dos (el cual es una belleza de vals, de una hermosa línea melódica), La sinfonía Nº 1
y el Concierto para piano número dos.
Pieza del compositor austríaco Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791). Las
bodas de Fígaro es una ópera de Mozart, vale acotar que la música es de Mozart
y el libreto de Lorenzo Da Ponte. Esta pieza la compuso a modo de introducción
a esa ópera. Es una pieza muy conocida, como muchas obras de Mozart apunta
hacia la perfección, hacia las formas clásicas, recordemos que Mozart fue un
compositor del período clásico (Donde también estuvieron Haydn, Beethoven), donde la razón, la estructura, las formas
clásicas dominaban la composición musical, donde el compositor se tenía que
apegar a unos cánones, a unas reglas ya preestablecidas para componer, cosa
contraria a lo que pasó en el romanticismo, en el movimiento romántico donde el
sujeto, el músico, se libera de esas reglas, de esos cánones, y libera su
creación.
5- OBERTURA EGMONT:
Del compositor alemán Ludwig Van Beethoven (1770-1827) Dura aprox 8 minutos. Es bastante fuerte, potente, está basada en una obra del poeta alemán Goethe, una obra de ese famoso poeta a quien Beethoven admiraba. Fue compuesta entre 1809 y 1810. Beethoven no compuso muchas obras de este tipo para piezas de teatro. Pero es una pieza donde se muestra a un Beethoven fuerte, potente, enérgico, tratando de mostrar el papel del protagonista de Egmont. Beethoven dijo lo siguiente:
“Los poemas de Goethe ejercen un gran poder sobre mí no solo en virtud de su contenido, sino también de su ritmo; me ponen en un adecuado estado de ánimo y me estimulan a componer en este lenguaje que se eleva a un orden superior (...), y lleva dentro de sí el secreto de la armonía”.
La obra se estrenó en junio de 1810. Y el mismo poeta Goethe cuando oyó la obra admiró mucho a Beethoven y consideró que Beethoven era un genio.
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