jueves, 8 de agosto de 2019

INOCENTE CARREÑO (1919-2016) ALGUNAS OBRAS SUYAS CLÁSICAS



INOCENTE CARREÑO (1919-2016) PIEZAS SUYAS DE DIVERSOS GÉNEROS: (OBRAS SINFÓNICAS, SUITES, TRÍOS, CUARTETOS, QUINTETOS, ENTRE OTRAS…)


Hola, cómo están. Hoy he querido contarles un poco del fallecido compositor venezolano Inocente Carreño, quien fuera uno de los músicos venezolanos más relevantes del siglo XX. Carreño nació en la isla de Margarita (Porlamar, estado Nueva Esparta), en diciembre de 1919. Como suele ocurrir, le descubrieron que tenía dotes o talento para la música desde pequeño. Ya en su juventud, Carreño formó parte de agrupaciones musicales y tenía una preferencia por la música popular: tocaban canciones, valses, serenatas, entre otras. Ya él conocía entonces al maestro Vicente Emilio Sojo, uno de los grandes de la música en el país, fue un gran músico y maestro. Llegó un momento en que el maestro Sojo le dijo que si él quería podía continuar tocando ese tipo de música popular, “canciones, valses, serenatas”, pero que si quería, podía estudiar con él y se convertiría en un gran compositor. Y Carreño le hizo caso y estudió Armonía y Composición. Estuvo realizando sus estudios durante varios años y luego se graduó como maestro compositor. Y entonces, en 1954, compone la que está considerada como su obra más conocida, interpretada y universal: Margariteña (Glosa sinfónica). Esta pieza se ha convertido en todo un referente en la música académica venezolana. En sí Margariteña es un homenaje que Carreño le da a su tierra natal, porque en dicha obra incluye temas de esa su tierra margariteña. He tenido la oportunidad de escucharla varias veces y sí, me parece que tiene mucha inspiración melódica, hay una riqueza de temas y motivos basados en lo folclórico, lo autóctono, además que está considerada, como dije más arriba, en un referente y es la obra más conocida de este ilustre compositor margariteño. Pero como el maestro Carreño siempre tuvo esa pasión por la música, pues continuó con su carrera y siguió componiendo, y escribió obras tales como: Elegía para cuerdas (1980), Estudio Sinfónico (1983), Sinfonía satírica, La ciudad de los techos rojos (1991), Marchas sinfónicas, destacando la Marcha Nº 2 (Aniversario). 


Todo eso aunado a su producción de tríos, cuartetos, quintetos, así como también obras para piano, para voz y piano, para guitarra, para flauta y guitarra, entre otras combinaciones de instrumentos. Y en muchas de esas piezas Carreño utilizó aires, temas, motivos de la tierra venezolana, sabiendo siempre darle ese toque de lo nuestro, lo autóctono, lo propio. Por eso es que Inocente Carreño fue uno de los representantes de la Escuela Nacionalista de Música, que fue un grupo de compositores venezolanos que tuvieron sus clases y su excelente instrucción con el gran maestro Vicente Emilio Sojo y que hicieron sus aportes para enriquecer la música académica venezolana. Algunos de esos nombres fueron: Antonio Estévez, Evencio Castellanos, Inocente Carreño, Moisés Moleiro, entre otros.  


Además de lo expuesto arriba, Carreño desarrolló una carrera como director orquestal, pudiendo muchas veces estrenar gran parte de sus obras dirigiéndolas él mismo. Además de dirigir obras de otros compositores. Y si esto no fuese suficiente, fue un hombre que tenía sentido del humor, jocoso, ameno, conversador, todo eso acompañado de su sencillez y que tenía el talento para hacer eso que llaman “décimas”, tipo de composición poética, rimadas, y muchas de ellas las usaba y las leía en algún acto de condecoración o de homenaje que estuvieran haciendo. Fue un hombre que tenía pasión por la música, y fue un creador de una gran cantidad de obras, muchas de ellas no las tenía catalogadas y, con el paso del tiempo, ojalá que los amantes de la buena música tengamos la oportunidad de escucharlas, apreciarlas, porque eso constituye un legado, un tesoro musical que nos ha dejado.
También destaca su obra Obertura Sinfónica Nº 2. Inocente Carreño falleció el 29 de junio de 2016 a los 96 años. 
Q. E. P. D. ¡Gracias, maestro!  





2019. Ibrahim Eduardo Fajardo.